Reseña Histórica

La ciencia y práctica de la Agroecología son tan antiguas como los orígenes de la agricultura, pues nació para explicar la relación de los cultivos con el medio ambiente con el objetivo de poder producir los alimentos necesarios que aseguraron la alimentación y el desarrollo económico de las civilizaciones antiguas. Con el paso de los siglos, a medida que los investigadores analizaron los sistemas de agricultura tradicional se hizo más notorio que muchos de estos incorporaban mecanismos para acomodar los cultivos a las variables del medio ambiente, y para protegerlos de los problemas sanitarios y la competencia, logrando obtener buenos resultados con sus cosechas.

Durante gran parte del siglo XX las dos ciencias que componen la agroecología: La agronomía y la ecología, han tenido una relación distanciada, pues por un lado la ecología se enfocaba principalmente en el estudio de los sistemas naturales, mientras que la agronomía aplicaba los resultados de investigaciones científicas a la agricultura. Los límites establecidos por cada una de estas ciencias, una considerada como teórica y la otra como práctica, las tuvo relativamente separadas.

A finales de la década de los veinte hubo un intento de combinar la agronomía con la ecología dando origen al campo de la ecología de cultivos, pero solamente se enfocaba en el estudio de las condiciones físico-ambientales donde crecían los cultivos para determinar los mejores sitios donde sembrarlos. En la década de los treinta se propuso, por primera vez, el término de agroecología para indicar la aplicación de la ecología a la agricultura. Sin embargo, debido a que la ecología se desarrolló más como una ciencia experimental enfocada a sistemas naturales y no a los creados por el hombre, no se le dio la importancia necesaria a la ecología de cultivos, dejando este enfoque en manos de los agrónomos. Así este término aparentemente se olvidó.

Después de la segunda Guerra Mundial, la ecología continuó su desarrollo como una ciencia pura y el éxito de la agronomía se midió en sus resultados prácticos, debido en gran parte a la “revolución verde” donde hubo una creciente mecanización y un uso desmedido de agroquímicos y fertilizantes para incrementar la producción por unidad de área con el objeto de atender la creciente demanda de alimentos. A finales de los años cincuenta, la consolidación del concepto de ecosistema atrajo nuevamente el interés en la ecología de cultivos, esta vez bajo la forma de ecología agrícola, lo que propició un marco de referencia coherente para poder examinar la agricultura bajo una perspectiva ecológica. Sin embargo, fueron muy pocos los investigadores que lo aceptaron en su momento.

El término agroecología volvió a nombrarse a finales de los años setenta a raíz de los problemas de contaminación del suelo, aire, agua, etc. que empezaron a observarse en todos los campos donde se aplicó en gran escala fertilizantes y agroquímicos; la agroecología se usó para designar a una disciplina distinta de las ciencias ecológicas existentes que podía estudiar los fenómenos que suceden en la agricultura como la relación de las malezas y las pagas con las plantas cultivadas y, con el paso de los años se fue implementando a medida que mas investigadores, entre agrónomos y ecólogos, reconocían la importancia del enfoque ecológico dentro de la agricultura, contribuyendo al desarrollo del concepto de sostenibilidad en la agricultura. Por un lado esta ciencia, representaba el estudio de los procesos ecológicos en los agroecosistemas y por otro, actuaba como un agente de cambio que buscaba la transformación social y ecológica que debe ocurrir para que la agricultura se desarrolle realmente sobre bases sostenibles